La incontinencia urinaria suele aparecer con la edad. Puede tratarse de fugas menores, pero en algunas situaciones derivadas de diversas afecciones, la incontinencia puede llegar a ser muy grave, causando importantes molestias a la persona afectada y una sobrecarga de limpieza para el cuidador que no sabe cómo gestionar el problema.
¿QUÉ ES LA INCONTINENCIA URINARIA?
La incontinencia urinaria es la pérdida involuntaria de orina. La incontinencia de esfuerzo, la más común, se debe a una relajación del músculo que cierra la vejiga y de los músculos del perineo. Los cambios hormonales de la menopausia contribuyen a esta relajación, sobre todo en las mujeres que han tenido varios partos. La incontinencia de urgencia es el resultado de que la vejiga se vuelve demasiado sensible y se contrae cuando no está llena. Esta contracción desencadena las ganas de orinar.
¿CUÁLES SON LOS SÍNTOMAS DE LA INCONTINENCIA URINARIA?
Las pérdidas de orina debidas a la incontinencia de esfuerzo se producen al toser, estornudar, reír, hacer deporte, etc. La incontinencia de urgencia se caracteriza por impulsos urgentes e incontrolables y es más frecuente en mujeres mayores de 65 años. Puede estar relacionado con otra afección, como una infección urinaria o vaginal, un cálculo urinario o un pólipo en la vejiga. En los hombres, la incontinencia por rebosamiento suele ser el resultado de las dificultades para orinar, por ejemplo, cuando la próstata es demasiado grande.
¿CUÁLES SON LAS POSIBLES COMPLICACIONES DE LA INCONTINENCIA URINARIA?
Dado que puede limitar las actividades de la vida diaria, la incontinencia puede provocar complicaciones psicológicas. Para evitarlos, lo mejor es acudir al médico al primer síntoma.
¿QUÉ TAN COMÚN ES LA INCONTINENCIA URINARIA?
La frecuencia de la incontinencia urinaria es difícil de estimar, ya que sólo un pequeño porcentaje de pacientes busca atención médica para este síntoma. Se calcula que entre el 20 y el 30% de las mujeres padecen incontinencia urinaria y alrededor del 8% de los hombres de 65 años.